Pisco Sour
miércoles, octubre 08, 2003
 
A la mierda


Me cago en todo. A la mierda. Porque una pasarela (a las cuáles, por supuesto, me opongo ideológicamente al 100%) puede realmente cagarte un día y una noche y otro día y quién sabe cuánto más porque uno no sabe cómo ordenar sus pensamiento para dejar de ser tan patético cuando el patetismo ya no es aceptado socialmente después de un periodo prolongado demasiado de tiempo. Ah, si, hace años que no escribo en esta huevada. Digamos que estuve ocupado, lo cual es mentira porque nunca hice nada, pero igual suena mejor, aparte, a nadie le importa. Ni siquiera a mí.

Porque digamos que nuestro camino a lo largo de la existencia es una pasarela, ¿me siguen? Pero claro, sin un final visible. Es más, creo que es una pésima analogía, nada cambia a lo largo de una pasarela . . . no, si, claro, la gente al lado, la gente alrededor, las miradas, pero eso no es suficiente, no es suficiente con una sonrirsa cómplice o no cómplice detrás de metros de felicidad que alguna vez hubo ni mucho menos tequila limón y sal para la llaga y probablemente así se sienta menos pero por la puta madre porque se paran en la puerta de la cocina a vista y paciencia de todos y mía y miro como un huevón sabiendo y hurgando y dudando e imaginando y pensando "si, alguna vez yo estuve parado en la puerta de la cocina", el cual es por supuesto el detalle menos importante del hecho.

Así que me suicido simbólicamente, cojo un lapicero azul y dibujo a lo largo de mi antebrazo derecho una incisión y sangre azul fluyendo de ella, y me siento realeza o realmente estúpido, infantil e inmaduro cuando me doy cuenta que soy incapaz de seguir con mi vida por X o Y razón, y me siento realmente hasta la mierda cuando me doy cuenta que soy el único que siente eso.

Tal vez porque cuando nos acercamos demasiado al sol, no nos queda otra más que quemarnos las alas. "If we burn our wings flying too close to the sun, if the moment of glory is over before it's begun". Tal vez porque le jugamos una mala pasada al destino y le ganamos una partida de ajedrez estamos condenados al resto de la vida pagando una deuda de orgullo. Tal vez porque, en algún momento, cuando la iluminación es apropiada, la música justa y el contexto adecuado, un par de pasos sobre una plataforma flotante y vacía de universo es todo lo que se necesita para pensar, hey, tal vez cometí el peor error de mi vida, y ya no puedo hacer nada para corregirlo. ¿No es eso gracioso?

No. No lo es.

Más más más...

Powered by Blogger