Pisco Sour
martes, mayo 31, 2005
 
Ad-Hominem Shooter
Bueno, en verdad se lo merece, porque si no hago la referencia directa no puedo explicar todo lo demás. Hace un tiempo un repulsivo cleptohegeliano postindustrial promocionó descaradamente su propio blog en un comentario a uno de mis posts, lo cual, bueno, a pesar de terriblemente bajo, es práctica común en la blogósfera. En fin, mi punto no va a eso, ni siquiera al blog mencionado en sí, sino al submundo frenético y heteróclito que por debajo de él se entrama: los comentarios. Como todos sabemos, la web, y más áun la blogósfera en general, es el rincón para probar el conocido corolario (cuyo nombre exacto me elude por completo) que dice que el 99% de todo es basura. El signal-to-noise ratio alcanza niveles inusitados pero que no dejan de ser, por supuesto, divertidos, con gente lanzando etiquetas estándar a diestra y siniestra, y casi literalmente, porque están los clásicos derechistas enfrentados a anacrónicos izquierdistas latinoamericanos que postean comentarios desde la selva colombiana o algún otro tipo de lugar remoto, presumiblemente. El nivel de argumentación es jodidamente divertido precisamente por eso: la argumentación no deja de ser, en ningún momento, más que una cuestión de quién maneja mejor el ad-hominem shooter, este nuevo artificio que presentamos hoy.

Aquellos que quieran equipararme la dialéctica a la retórica de uno u otro modo post-aristotélico de niveles anacrónicos indeterminables -y sabes perfectamente bien que estoy hablando de ti, zoquete- pueden gentilmente desviar su atención hacia donde estoy señalando, imaginemos que es la izquierda, hacia esa enorme gigantografía de Chewbacca. Gracias.



En fin, es medio triste, o inspirador, todavía no me decido, que el nivel argumentativo de la humanidad se haya reducido al uso indiscriminado de ad-hominems sistemáticamente construidos. Por eso podemos atacar perfectamente a los neohegelianos postgays, o reivindicar la causa de los megacapitalistas subjuntivos antimercado, porque finalmente todo vale. Es fascinante, aunque personalmente prefiero las nuevas argumentaciones ad-absurdum o ad-wingman que yo y mi consejo Jedi post-lógico hemos estado trabajando en los últimos días (¿Más información sobre lo primero? Oh, miren, es Chewbacca), donde los últimos días son hoy mientras digeríamos el almuerzo.

Y en fin, muchos se encuentran aún, como diría Cortázar, dentro de la estúpida obediencia del efecto a la causa, pero como le digo a muchas personas últimamente, eventualmente podremos escapar de la maldita, maldita causalidad, aunque los últimos días me haya tenido jodidamente prisionero. Es irrelevante, en verdad, porque entrar un poco dentro de este mundillo de comentarios de blog, de flame wars, de donde por supuesto es imposible derivar ninguno tipo de resultado real que aporte a la discusión y es muy probable que rápidamente terminemos invocando la ley de Godwin, pero sobre todo es divertido. Los sutiles placeres de la contradicción propia, en todo caso.

Por lo demás, chequeen el blog de Cepherias, me rehuso a afirmar algo así como que es más interesante que el mío porque sería atentar contra mi propio egocentrismo y, por supuesto, sería además faltar a la verdad. Sí, lo sé, la verdad no existe, miren al mono loco. ¡Que miren al mono loco ahora! Excelente. Y en todo caso, tenemos que desarrollar más el asunto del ad-hominem shooter, construir un prototipo de alguna manera, un arma civilizada para tiempos barbáricos, quizás. Las guerras del siglo XXI ya nos las librarán soldados con fusiles, sino con ad-hominem shooters. O claro, las librarán robots en altas montañas, o en el espacio. En cualquier caso, nuestra misión es clara. Construir y mantener a esos robots.

Inspirador.

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martes, mayo 24, 2005
 
Nada interesante que decir
Hace tiempo que no posteo nada, y hoy me dieron ganas de hacerlo, pero no tengo nada realmente interesante que decir. Estoy leyendo un par de artículos de Habermas, escuchando Stone Temple Pilots. No, ya cambié, ahora estoy escuchando la Rapsodia húngara #2 de Liszt, quizás para sentirme un poco más pretencioso. Quizás sencillamente tengo problemas.

Abrí y cerré un capítulo en las últimas semanas, los detalles deben importarles a muy pocos. Mi cuenta en Gmail crece en tamaño más rápido de lo que puedo llenarla. No puedo con la posición de los liberales y su arrogancia cuasi-metafísica, pero comprendo las objeciones de Habermas a la posición republicanista. Estoy harto del poder absoluto y de que corrompa absolutamente, estoy harto de los delirios de grandeza y estoy harto de indirectas que no llegan a ninguna parte.

La filosofía tiene que colapsar, junto con el desesperante edificio de la causalidad. Mañana a las 4 tengo que hacer un largo recorrido, y espero que haga frío para que tenga un poco más de sentido como si fuera literatura renacentista, o alguna de las 4 estaciones de Vivaldi, para agregarle de nuevo pretensión. 4 de la tarde, 4 estaciones, con un 4 más completamos una triada hegeliana.

Excelente, este post tiene 4 párrafos. Qué increíble pérdida de tiempo, es tan frustrante no tener nada qué decir, pero mucho más frustrante aún debe ser llegar a este punto en la lectura sólo para darse cuenta que no hay absolutamente nada dicho realmente. Es una pena, también, quedarse con mil quinientos girasoles en la mano, o con metros y metros y metros de poesía que no tienen ningún lugar para llegar ni la voluntad para salir. Demasiado dramatismo. Será para otro momento, cuando me vuelva consciente de lo que realmente quiero decir, pero no me atrevo, todavía. If ever.

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lunes, mayo 02, 2005
 
71
"(...)

Por lo demás, hay que ser imbécil, hay que ser poeta, hay que estar en la luna de Valencia para perder más de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo. Cada reunión de gerentes internacionales, de hombres-de-ciencia, cada nuevo satélite artificial, hormona o reactor atómico aplastan un poco más estas falaces esperanzas. El reino será de material plástico, es un hecho. Y no que el mundo haya de convertirse en una pesadilla orwelliana o huxleyana; será mucho peor, será un mundo delicioso, a la medida de sus habitantes, sin ningún mosquito, sin ningún analfabeto, con gallinas de enorme tamaño y probablemente dieciocho patas, exquisitas todas ellas, con cuartos de baño telecomandados, agua de distintos colores según el día de la semana, una delicada atención del servicio nacional de higiene,

con televisión en cada cuarto, por ejemplo grandes paisajes tropicalespara los habitantes de Reijavik, vistas de igloos para los de La Habana, compensaciones sutiles que conformarán todas las rebeldías,

etcétera.

Es decir un mundo satisfactorio para gentes razonables.

¿Y quedará en él alguien, uno solo, que no sea razonable?

En algún rincón, un vestigio del reino olvidado. En alguna muerte violenta, el castigo por haberse acordado del reino. En alguna risa, alguna lágrima, la sobrevivencia del reino. En el fondo no parece que el hombre acabe por matar al hombre. Se le va a escapar, le va a agarrar el timón de la máquina electrónica, del cohete sideral, le va a hacer una zancadilla y después que le echen un galgo. Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña. Wishful thinking, quizá; pero ésa es otra definición posible del bípedo implume."

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