Pisco Sour
miércoles, noviembre 30, 2005
 
El Inventario de las Naves
"La decadencia de un barrio ante la fuerza inclemente de un huracán sirve de paralelo para narrar la agonía de una clase media que sucumbe ante sus pasiones y su frustración. En La Calles de los Sueños Perfumados conviven niños genios que leen el tarot, un hombre que emerge del espejo y un asesino en serie fanático de la Ilíada; pero, sobre todo, seres errantes con manías y carencias tan lejanas como familiares. Ni siquiera el menos, esa droga sintética y azul que consumen los personajes, los libra de la soledad y la pesadumbre.

No se trata de sucesos fantásticos, sino de la destrucción de un reino que resuena como profecía milenaria en cada uno de estos relatos. Los lectores asistimos a este descubrimiento con una mezcla de pavor y reverencia: el temor a que nuestro paraíso urbano no sea más que una tierra de fantasmas.

Alexis Iparraguirre es el cronista de este singular universo, quizá el más perturbador de nuestra narrativa reciente."

Quería publicar una entrevista, pero el susodicho se desconectó del MSN dos segundos antes de que se lo pidiera. Así que, en cualquier caso, manténganse sintonizados para nuestra cobertura continua del lanzamiento de un nuevo universo perturbador, porque lo perturbador puede ser muy divertido.

El libro está disponible entre otros lugares en la Librería PUCP y en Crisol. Está barato, 10 lecks, y en serio lo recomiendo, en serio. Genuinamente vale la pena. Llamen ya, ya, ya, que se acaba.

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lunes, noviembre 28, 2005
 
Voten por el general Zod el 2008
Al menos EEUU tendrá la oportunidad. Oh, General Zod, te debemos tanto.

Después de pasar toda la tarde leyendo terribles gajes olvidables de la historia, uno termina chifando cerebro.

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Qué pendejada. . .


Atraco.

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No

No estoy dispuesto a aceptar el estado actual de las cosas. Sencillamente no. Ni a aceptar por argumento válido que así es el mundo, que así es la gente, que encogerse de hombros y agachar la cabeza mientras todo sigue cómodamente en la mierda. No es posible que todo esté tan en la mierda que la mierda haya terminado por envolvernos de tal manera que ya no podemos distinguirla, que hemos perdido nuestra capacidad de darnos cuenta que todo está en la mierda, de indignarnos al respecto de las cosas y hacer algo al respecto. No es posible que el ser humano haya hecho y siga haciendo de manera cada vez más grave de esta patata abollada flotando a 100 kilómetros por hora a través del espacio un lugar crecientemente inhabitable. No estoy dispuesto a aceptar que nos hagamos esto a nosotros mismos.

No estoy dispuesto a aceptar que uno pueda estar caminando por la calle, o sencillamente parado, y de la nada le caigan encima 15 personas a patearlo en el suelo, a destruirlo contra el pavimento, a vista y paciencia de transeúntes cómodamente instalados en su seguridad personal, aunque quién podría culparlos. Quizás yo mismo haría lo mismo, observar desde la lejanía de lo seguro, asustado, incapaz de comprender tamaña demostración de autodestrucción de la especie. Lo he hecho, contemplar morbosamente el espectáculo de la sangre humana, sintiendo un poco el dolor ajeno, la sangre, sin entender absolutamente nada, impotente, incapaz materialmente de hacer nada al respecto. No tiene ningún sentido. Qué rayos, qué carajos, qué increíblemente en la mierda podemos estar si es que algo así puede pasar de la nada, totalmente ex nihilo, y que nadie haga nada, que nadie diga nada. ¿Qué carajos se puede hacer? Entablar demandas contra rostros anónimos, iniciar procesos interminables que no llevarán a ninguna parte. Salir a la calle en una cruzada vigilante de justicia por las propias manos. Sentarse a esperar que alguien venga a liberarnos. No, nada funciona. Nada funciona, pero no puede ser que no nos quede otra más que resignarnos a que el mundo es así y así debemos aceptarlo.

Hay que ser un poco más creativos, de alguna manera. Hay que romper un poco con todo y jugársela un poco, comerse los problemas y no dejar que las cosas sencillamente pasen, no sentarse a esperar que alguien venga a resolvernos la vida. Sé que solamente estoy concatenando proposiciones vacías de contenido real, que no estoy realmente proponiendo nada: porque en este momento no se me ocurre qué proponer. Pero esto ocurrió, acaba de ocurrir, y no salgo de mi asombro. Estaba parado en la puerta de la discoteca, como cualquiera podría estar en una noche cualquiera, y de la nada quince figuras anónimas decidieron que sería divertido y pertinente que conociera las suelas de sus zapatos mientras se acomodaba lo mejor posible contra la acera. Una y otra vez, sin razón aparente, porque son rebeldes porque el mundo los hizo así o porque la alineación de los planetas así lo exigía, lo cual son formas de decir que no tiene ningún sentido que de la nada pueda ocurrir algo así, como podría ocurrirle a cualquiera en el momento y el lugar equivocado, que es donde más solemos estar todo el tiempo. ¡Que alguien me venga a decir que así son las cosas! Porque si así son, entonces la vida en este planeta, en esta supuesta civilización, dejó de cumplir cualquier propósito hace ya mucho tiempo.

No llego a nada ahorita. No sé cómo canalizar bien la ira, la indignación, la frustración, la impotencia. Pero algo tengo que hacer con todo ello, aunque difícilmente sea entender: me rehúso a aceptar que siquiera pueda ser capaz de entenderlo. Así no es la huevada. No quiero poder entenderlo, no quiero poder abarcarlo con el entendimiento o la razón, porque no quiero que pueda ser normal, que pueda ser aceptado. Y todos estos no quieros caprichosos no se quedarán sólo en eso: catarsis, poco a poco catarsis, y algún tipo de plan bien estructurado. Para que el mundo deje, aunque sea un poquito, de ser una mierda.

Wishful thinking, quizás, pero ésa es otra definición del bípedo implume.



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martes, noviembre 01, 2005
 
You and the Atomic Bomb
Los ensayos de George Orwell siempre me han parecido muy interesantes. Hoy encontré éste, en el cual expone algunas ideas al respecto de la aparición de la bomba atómica y su influencia en la historia de la humanidad, y en general de la existencia de las armas, la revolución y la democracia, que pueden ser bastante interesantes. Un extracto:
It is a commonplace that the history of civilisation is largely the
history of weapons. In particular, the connection between the discovery
of gunpowder and the overthrow of feudalism by the bourgeoisie has been
pointed out over and over again. And though I have no doubt exceptions
can be brought forward, I think the following rule would be found
generally true: that ages in which the dominant weapon is expensive or
difficult to make will tend to be ages of despotism, whereas when the
dominant weapon is cheap and simple, the common people have a chance.
Thus, for example, thanks, battleships and bombing planes are inherently
tyrannical weapons, while rifles, muskets, long-bows and hand-grenades
are inherently democratic weapons. A complex weapon makes the strong
stronger, while a simple weapon--so long as there is no answer to it--
gives claws to the weak.
Vale la pena leerlo. En esa página hay varios otros ensayos de Orwell, que por lo demás, por lo menos hasta donde he leído, era también un genial ensayista. Socialista demócrata, además. Debería terminar de leer 1984, lo he dejado a la mitad. Maldita vida moderna.



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